Talleres de radio y música, nuevas armas para darle pelea al deterioro cognitivo
Algunos paradigmas en la lucha contra el Alzheimer parecen estar cambiando: si antes se creía que quien lo sufría era un paciente que lo único que podía hacer era esperar el avance de su deterioro, aislado de pares y acaso ajeno a la realidad, ahora los nuevos abordajes demuestran que durante los primeros años de manifestación del mal son muchas las actividades que se pueden hacer para darle pelea. Desde talleres de memoria y música hasta programas de radio conducidos por los propios pacientes, ya nadie duda de que esa pelea adopta formas hasta hace unos años impensadas.
“La premisa es jugar, reírnos de nuestros errores, pasarla bien, conocernos más y generar un espacio emocionalmente apto donde se trabaje en equipo”. Quien lo dice es Sergio Cerdá, un acompañante terapéutico que, junto al psicólogo Diego Dortori, lleva adelante desde el centro Jesi de La Plata una experiencia única en el país: talleres de radio con pacientes con Alzheimer.
Ambos integran el equipo interdisciplinario de la neuróloga Diana Cristalli, uno de los referentes a nivel local en la lucha contra el Alzheimer y para quien estos nuevos paradigmas no sólo benefician a quien padece la enfermedad sino también a su entorno, que suele llevarse la peor parte cuando el deterioro del paciente avanza.
AIRE DE RADIO
Leer, cantar, realizar distintos ejercicios de estimulación mental o practicar la coordinación manual a través de manifestaciones artísticas como el dibujo y la pintura hace tiempo que son herramientas elegidas por médicos y neurólogos a la hora de intentar retrasar el deterioro cognitivo del paciente. Lo que nadie se había animado hasta el momento era encarar un programa de radio con los propios pacientes.
“Todo surgió como un juego -apunta Cerdá-. Teníamos talleres de música y de juegos, y un día se nos ocurrió jugar con los pacientes a que estábamos en un programa de radio. Simulamos un estudio radial donde había un conductor y donde las personas llamaban para pedir un tema musical, mandar saludos o compartir alguna ocurrencia. Ese juego se repitió. Una y varias veces. Hasta que nos dimos cuenta de que la respuesta era cada vez mejor y nos vimos en la necesidad de ir agregando diferentes segmentos y diferentes pautas, hasta que finalmente llegamos a hacer un programa de verdad, grabado por nosotros y llamado Jesi dice buenas tardes . En ese espacio los pacientes trabajan de manera conjunta, involucrándose en todo lo que hace a la producción y a la artística de nuestro programa”.
Según se desprende de la experiencia de los talleres, uno de los objetivos no es tanto que se mejore la memoria sino que el paciente pueda recordar con placer y perder ese peso negativo sobre su déficit. Como se sabe, quienes padecen Alzheimer van perdiendo la memoria reciente pero preservan mucho de su pasado. Por eso en varios talleres se suele hablar de los recuerdos de épocas pasadas, como películas o viejas propagandas. El objetivo principal es que, gracias al juego, la memoria deje de ser un problema o una dificultad al momento de relacionarse.
“Están quienes se ocupan del segmento de humor, quienes trabajan en el espacio cultural y hasta los que se encargan del segmento meteorológico o los que llaman para saludar a sus familiares -apunta Cerdá-. La adhesión que logró el taller de radio en los pacientes es excelente, a tal punto que cuando regresan a sus casas siguen trabajando en la selección de material para el próximo programa”.
EN ACTIVIDAD
El mal de Alzheimer, la forma más común de demencia en mayores de 65 años, afecta a poco más de 400 mil personas en nuestro país, según datos del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba).
Para los especialistas, resulta clave que los familiares comprendan bien de qué se trata la enfermedad, sus síntomas y su tratamiento, para recién después poner en práctica diferentes actitudes y tratamientos. “Si los cuidadores aprenden a manejar determinadas situaciones y a entender de qué se trata la enfermedad, pueden prevenir su propio deterioro emocional y físico”, dice Cristalli, y lo hace consciente de que muchos cuidadores suelen abandonarse a sí mismos debido a la tarea con la que cargan y convertirse así en la segunda víctima del Alzheimer o, como lo señalan algunos, la víctima escondida.
Lo de los talleres en ese sentido resulta clave, dado que mantener activo al paciente es la mejor forma de retrasar algunos síntomas. Si quien tiene que cuidar a una persona con Alzheimer la sienta en un sillón frente al televisor todo el día y no la invita a pasear o a hacer juegos de palabras, por ejemplo, es muy probable que el declive de la enfermedad se acelere. Al aprender a convivir con los olvidos y con otros síntomas del mal, además, los familiares pueden conseguir que los pacientes no se vuelvan tan ansiosos, hiperkinéticos, ni sufran de insomnio, algo común entre quienes padecen la enfermedad. En La Plata, distintos grupos de familiares e instituciones especializadas abordan la problemática y le ofrecen a los cuidadores de pacientes distintas herramientas para hacerle frente a la enfermedad. Una de esas entidades con una amplia trayectoria en todo el país es Alma La Plata, a la que se puede contactar a través del correo mdezbeatriz@hotmail.com.ar.
Fuente Diario El Día