Ahora dicen que la delgadez favorecen los males neurológicos

Si bien más de una vez se dijo que la obesidad implicaba un mayor riesgo de padecer demencia con el correr de los años, ahora un nuevo estudio encarado por investigadores británicos viene a contradecir aquella vieja idea y a demostrar que ser delgado no siempre es una cuestión saludable para nuestro organismo. Según su hipótesis, que ya despertó el debate en la comunidad científica internacional, el aumento de peso actuaría como un poderoso protector de las enfermedades neurodegenerativas.

Los responsables de este estudio -publicado recientamente en la prestigiosa revista Lancet de Diabetes y Endocrinología - indagaron la relación entre ambas afecciones y realizaron investigaciones en los registros de salud de casi 2 millones de personas en el Reino Unido. Curiosamente, aseguran en la publicación, los resultados contradicen el pensamiento actual, sorprendiendo a los autores del estudio y a los expertos en salud.

La investigación, concretamente, se basó en los registros de Índice de Masa Corporal (IMC) en pacientes de 40 años o mayores entre 1992 y 2007. El mayor riesgo se evidenció en las personas de mediana edad con un IMC inferior a 20 -que podría catalogarse como “peso normal”- y otros casos con valores inferiores a este. Encontraron una probabilidad 34% mayor a padecer demencia con el paso del tiempo. Es decir que, según estos datos, cuanto más peso tiene la persona, menor es el riesgo. Las personas obesas, con un IMC superior a 40, fueron las menos propensas.

“Las conclusiones del trabajo son llamativas porque siempre se creyó lo contrario”, sostiene la neuróloga local Diana Cristalli, aunque aclara que “se debe tener en cuenta que lo que dicen los investigadores debe ser aplicado en principio a personas con diabetes. Si uno repasa el estudio, entiende que las chances de demencia crecen en personas delgadas, pero no por flacos sino por tener el síndrome dismetabólico”.

El profesor Stuart Pocock, en tanto, uno de los autores del informe, asegura que este estudio “abre una nueva vía intrigante en la búsqueda de los factores de protección para la demencia. Si podemos entender por qué las personas con un IMC alto corren un menor riesgo es posible que al final los investigadores sean capaces de utilizar estos conocimientos para desarrollar nuevos tratamientos”. Según la Alzheirmer’s Association, la demencia es un término general que describe un deterioro de la capacidad mental, lo suficientemente grave como para interferir en la vida diaria. “Puede ser interesante lo que plantean los investigadores -reconoce la platense Cristalli- pero hay que tener en cuenta que no se lo puede aplicar a la población general. Por el momento, lo que sabemos es que la obesidad sí favorece a las enfermedades neurodegenerativas”.

EN DEBATE

Sin embargo, los resultados de este trabajo parecerían cuestionar y eclipsar los resultados de estudios anteriores, aunque aún no han sido capaces de encontrar una explicación definitiva. “La pregunta es si existe un por qué -se cuestiona Pocock-. En epidemiología, siempre te quedás con la pregunta de si hay otro factor que explique tal o cual resultado”. Para Cristalli, si bien se debe seguir la evolución que tenga esta investigación en el tiempo, “es fundamental remarcar que los factores de riesgo de las enfermedades neurodegenerativas son el sobrepeso, el hipotiroidismo o el alcoholismo, entre otros”.

No es la primera vez que se busca un por qué para la demencia. Investigaciones anteriores, de hecho, sugieren que una deficiencia de vitamina E o vitamina D puede relacionarse con la demencia, aunque esto es puramente especulativo. Este estudio, según sus hacedores, posibilita la futura investigación de los diferentes factores genéticos, nutricionales y vitamínicos. El doctor Simon Ridley, de Alzheimer Research UK, se manifestó a favor de profundizar esta investigación: “Este estudio no nos dice que el tener bajo peso causa demencia o que el sobrepeso evitará la condición. La mejor protección contra la demencia es tener una dieta sana y equilibrada, hacer ejercicio regularmente, no fumar y mantener controlada la presión arterial”. Finalmente, desde el Downstate Medical Center de Nueva York se apuntó que “no se debe dejar de lado la complejidad de la identificación, y este informe no es la última palabra en este tema polémico”.

Sobrepeso
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de muerte en el mundo. Este organismo señala que cada año fallecen alrededor de 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad
Fuente Diario El Día

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